lunes, 10 de abril de 2017

A los toros, al menos, hay que poderles (Corrida de Toros de Victorino Martín en Las Ventas, 9 de abril de 2017)

Plaza de Toros 'Las Ventas' de Madrid. Domingo, 9 de abril de 2017, a las 18:00 horas. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada. Seis toros de la ganadería de Victorino Martín Andrés (De Portezuelo, Cáceres. Divisa: azul y encarnada. Señal de orejas: hoja de higuera en ambas),desigualmente presentados, descastados y mansos en conjunto, y un sobrero de San Martín (6º bis). Iván Fandiño (blanco y oro), pitado en ambos. Alberto Aguilar (azul pavo y oro),silencio y saludos desde el tercio. Gómez del Pilar (azul pavo y oro), que confirmaba alternativa, saludos desde el tercio y silencio. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del aficionado Adrián, mis condolencias para toda su familia, que descanse en paz.

Clarínes y timbales para dar comienzo al paseíllo del festejo del Domingo de Ramos en Madrid. Paseíllo que se detuvo para que Las Ventas, en un emotivo y sentido minuto de silencio, recordase y homenajease a ese pequeño gran luchador llamado Adrián, que ayer fallecía en su brava batalla contra el cáncer. Solamente muere quién cae en el olvido, y a ti pequeño, el mundo del toro jamás te olvidará. Reanudado el paseíllo y abierta la puerta de chiqueros, saltaron al ruedo los tan esperados toros de Victorino Martín. Los tres primeros, más parejos, fueron desequilibrados por el gigante que hizo cuarto y el anovillado anunciado como sexto, lidiado en quinto lugar. La primera parte de la corrida fue la del poder y la inteligencia que desarrollaron los cárdenos. Y la segunda fue la de la sosería y la mediocridad, con hasta mezcla de flojeza en el último toro que fue devuelto a los corrales. Los toreros no pudieron con ninguno de sus oponentes, quedando siempre por debajo de ellos. Fandiño estuvo desubicado toda la tarde, la cual pareció pesarle en demasía. De  Aguilar esperábamos más y le faltó ese espíritu combativo que le hubiera valido con el tercero. Por último, Gómez del Pilar pasó las de caín con su difícil primero y se puso pesado con su anovillado segundo.


Para comenzar, delante de la puerta de chiqueros se plantó Gómez del Pilar para esperar a "Estaquero"; el toro no le vio del todo hasta que tuvo encima al madrileño y apenas llegó a embestir a la larga que tiró el torero. Y esta fue la tónica del toro durante toda la lidia, no regaló nada, y tuvo muchísimo poder. El confirmante quiso dejar al toro de largo desde el primer encuentro, en lugar de ir de menos a más como yo entiendo que deberían de ser las cosas, sobre todo en el primer tercio; el animal no quería caballo y tuvo que ser colocado varias veces hasta que acabó entrando debajo del peto. Fue manso, dejándose pegar en ambos y repuchándose en el segundo. Destacó en banderillas Raúl Martí, que despacito y pasito a pasito, como dice la canción, fue llegando a las cercanías del toro, para, muy torero y eficaz, colocar sus dos pares. Complicado llegó a la muleta "Estaquero" que requería una lidia poderosa que lo sometiera, nada de ponerse bonito porque no estaba para eso. El toro no llegaba a pasar y buscaba como loco eso que movía ese trapo rojo. Lo intentó Gómez del Pilar pero no pudo y los mayores aplausos vinieron cuando al final del trasteo, le buscó las cosquillas al toro tocándole los costados. Convencido estoy, que si hace eso 15 veces, doblándose con él, pasando la muleta por encima de los pitones y doblega al cárdeno, como mínimo pega una vuelta al ruedo. Pero ya no hay sitio en estos tiempos para las lidias a la antigua. Una verdadera pena. Dejó una estocada desprendida y recibió la ovación del público, más por el mal trago que pasó que por su actuación. El toro fue despedido entre pitos.

No se dejó torear "Barbacano" en el capote de Fandiño, dejándose enganchar mucho el torero vizcaíno. Se dejó pegar en varas, recibiendo un extraordinario segundo puyazo de Rafael Agudo que paró el toro en seco y le hizo encogerse, bien el picador. Fue un toro para apostar en las primeras tandas, pues tenía recorrido y transmisión. Iván Fandiño no lo vio claro y no pudo recoger esas buenas embestidas que le regaló el toro en las tres primeras tandas, y además por ambos pitones. Llegados a un punto, entre tanto parón para coger el sitio y los enganchones continuos, se esfumó lo que tenía "Barbacano". No creyó Fandiño en el toro y le pasó factura. Dejó estocada caída y hubo de usar el verduguillo en dos ocasiones. Hubo palmas para el toro.

La mejor pelea en el caballo llegó de los riñones del guapo de "Buscador" en el primer puyazo que le recetaron pero fue cambiando la historia en el segundo, donde se dejó pegar para una vez cambiado el tercio cantar la gallina buscando hasta los terrenos de toriles. Recibió más capotazos de la cuenta en banderillas, lo que mostró después en el tercio de muerte. Tampoco fue un toro fácil, y perfectamente se podría decir que fue el más difícil de la corrida por su fiereza y su casta, el único de la corrida que demostró llevarla en su sangre. Lo intentó Alberto Aguilar pero no obtuvo nada, el poder de "Buscador" estuvo por encima del torero toda la lidia; otro animal para someter con una muleta dominadora. Fue refrendado con palmas en las primeras tandas en las que se premió más el arrojo de Aguilar ante las fieras embestidas del toro, que los propios muletazos. Tropezó el madrileño con el toro aparentemente sin consecuencias graves, pero que a la postre, mandó al torero a la enfermería, corriendo turno para que lidiara Gómez del Pilar en quinto lugar al anunciado como sexto.

"Bosquimano" había levantado pasiones por las redes en esta semana y bien es cierto que podríamos catalogarle de ser un "torazo", por sus dimensiones y sus puñales, pero no fue un toro para aplaudir, no era bonito ni tenía hechuras del tipo de toro de Victorino, pero aún así le recibió una ovación del público. Cumplió en la primera vara empujando con tan sólo su pitón izquierdo para dejarse dar en la segunda. Saludó "Jarocho" sus dos acertados pares de banderillas. La gente tomó partido por el toro, como algunos ya habían presagiado, y descargó su ira contra Fandiño. Y yo al menos no lo entendí. Por el izquierdo no tenía ni uno como así avisó a Fandiño y por el derecho tenía media embestida, bajaba la cara cuando el torero le enseñaba la muleta y miraba al tendido en cuanto pasaba el cuerpo del torero. Se basó toda la faena en ese pitón derecho, siendo aburrido y pesado el acto por parte de los dos oponentes, a lo que se sumaba ver que la tarde no despegaba. Descastado fue "Bosquimano" y Fandiño no estuvo acertado ni con la espada, pinchando primero, aunque tirándose como de costumbre, y dejando una estocada caída después que provocó derrame.

Como decía antes, por estar Aguilar en la enfermería, tuvo que lidiar Gómez del Pilar a su segundo en quinto lugar. "Murallón", sin quitar que fue un animal mal presentado, tuvo la mala suerte de salir después del inmenso toro anterior, lo que acrecentó su mala presentación. Manseó en el caballo dejándose pegar en ambos y cantando la gallina en el segundo. Como la mayoría de sus hermanos, se defendió más que embestir. Se pasó de faena Gómez del Pilar intentando sonsacar alguna embestida productiva del toro pero la sosería del mismo no condujo a nada. Pinchó hasta en dos ocasiones Gómez del Pilar dejando finalmente una estocada caída.

"Sólo falta que le echen uno a corrales", dicho y hecho, blandeó el último de la corrida y en banderillas, cuando volvió a perder las manos, el presidente echó el toro para atrás. En su lugar salió "Cadencioso" de San Martín, toro alto y astifino, no precisamente bonito. También flojo de remos, no faltó mucho para ser devuelto de nuevo tras perder sus cuartos delanteros a las salidas del caballo. Tuvo calidad y clase en la muleta pero sin emoción ninguna. Por su parte Aguilar, consiguió corregir el salto que pegaba el toro a media embestida en las primeras tandas para que pudiera dar embestidas humilladas. Lo más destacable de su faena fue conseguir eso, ya que una vez con el toro así se tornó en ventajista, citando al hilo y toreando despegado. A pesar de ello si hubiera conseguido matar con acierto al animal, probablemente se le hubiera pedido una oreja. Pinchó y recibió un susto en la segunda entrada, siendo prendido y pisoteado, dejando enterrada la espada algo desprendida. Tuvo que hacer uso dos veces del descabello.

Desilusionante corrida de Victorino que  tras la muerte del tercer toro, la corrida se tornó en plomiza y aburrida, a lo que ayudó el fuerte calor que caía sobre Madrid. Los de luces tampoco tuvieron su día y ninguno consiguió dominar a los del hierro titular o, al menos, estar por encima de ellos, algo que, desde estos años atrás que vengo acudiendo a Madrid, como mínimo deberían de realizar todos los toreros que pisan esta plaza.

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