La marabunta con el negro ( Foto @chelo_jabonero ) |
Dos utreros de comportamiento muy diferente. Ha salido en primer lugar un novillo con el hierro de Sánchez Peinado, de capa negra, cornidelantero y feo. Su comportamiento se resume en 'querer y no poder'. A pesar de esas pocas fuerzas hemos visto un novillo que se ha movido, ha tenido calidad y ha sido noble. Todo ello condicionado por la marabunta de corredores a su alrededor. Ni un respiro, ni distancia, ni aire, la gente cruzándose unos con otros; una pena. No podemos siempre echar la culpa al toro cuando somos nosotros mismos los que le hacemos peor. Es obvio que cada animal requiere una actuación diferente para con él, la lidia que se llama y que también existe en el festejo popular. Ahora bien, cuando uno sen enfrenta al toro dejando por debajo al verdadero protagonista de la historia, nada tiene sentido, ni hay lidia que valga pues se antepone lo que uno quiere a lo que necesita realmente el toro. ¿De que me sirve rodar a un toro falto de fuerzas?¿Para mermarle aún más? Que cada uno saque sus propias conclusiones, no soy quién para decirle a la gente lo que debe de hacer pero antes que ser egoístas y mirar por uno mismo, deberíamos mirar y velar por la fiesta y por el toro. Volviendo con el de Sánchez Peinado, al poco tiempo se abrió el cercado que lo conduciría al campo y con ayuda de un mozo salió del mismo. Allí poco más hizo, sólo moverse entre caballos y cabestros, apretando a los equinos con buenas, aunque pocas, arrancadas haciendo hilo. No muy lejos fue sacrificado a la hora de haber sido soltado para seguir con el festejo.
Curiosamente, el segundo toro sólo con su buena salida, no exenta de sustos, hizo una limpieza en las eras exagerada. Los únicos que fueron capaces de aguantar ahí y medirse con él, se contaban con los dedos de una mano. El de Las Landas tenía trapío y estaba bien hecho, y su capa encendida le hacía parecer más aún. Fue un toro manso, con mucho peligro y picante. Desde que salió comenzó a escarbar, lo que denotó en él un comportamiento reservón que mantendría durante toda la suelta. Sus quince minutos primeros fueron los mejores, cuando más se movió, e incluso entró muy bien a los quiebros, tres concretamente, de mucho mérito porque había que tragar mucho, se venía andando y ya, muy cerca, arrancaba con fuerza obedeciendo hacia donde era marcado. Novillo cuanto menos, complicado, que impuso respeto y dio emoción a la suelta. Allí mismo charlando con aficionados, dábamos nuestra opinión sobre el animal. Por eso mismo quiero hablar sobre mi versión. Si es cierto que se necesitan toros que impongan respeto en los campos y calles alcarreñas, pero siendo bravos de verdad. Claro que prefiero que salga éste tipo de animales a que suceda lo sucedido con el primero, pero no por ello se convierten en buenos.
Las distancias con el colorado ( Foto @PortuToros ) |